El terremoto de 1861, fue uno de los hechos más devastadores que sufrió la provincia de Mendoza, ya que fue el mayor sismo registrado en su historia, con una magnitud de 7,2 grados en la escala de Richter, y con epicentro a 30 Km de profundidad de la ciudad.
El 20 de marzo de 1861, los pobladores mendocinos fueron sorprendidos por el movimiento de la tierra, alrededor de las 20.30 hs de ese día. Este sismo fue seguido por una serie de incendios debido a las lámparas a combustible o velas que se encontraban encendidas en las viviendas y de inundaciones por el desborde de los canales de riego, que hicieron que la situación fuera aún más caótica. Entre los edificios importantes que se perdieron en este hecho, estaban el Cabildo de la ciudad y la Iglesia de San Francisco.
Luego de ocurrido el terremoto, y superado los incendios e inundaciones, el gran problema fue el de los saqueos, que hacía que las personas siguieran merodeando por las ruinas.
Los problemas de cadáveres no sepultados fue en parte aventajado por los incendios que incineraron los cuerpos, impidiendo casos de pestes.
La "ciudad vieja” se encontraba debajo de lo que actualmente es la Plaza Videla Castillo, que luego del terremoto fue trasladada aproximadamente a un 1 km al sudoeste de la antigua ciudad.
El diseño urbanístico que se aplicó incluía una plaza central (Plaza Independencia), rodeada de otras cuatro plazas (Italia, España, Chile y San Martin). Las calles y avenidas debían ser amplias para evitar el aplastamiento de las personas que se encontraran fuera de las viviendas y edificios.