El rafting se realiza en el Río Mendoza en Potrerillos, que se encuentra a 60 km de la ciudad de Mendoza, en la Precordillera mendocina y al pie del Cordón del Plata.
No es necesario tener experiencia para realizar la actividad, ya que contamos con un guía que los instruirá para poder manejar el bote.
La base de operaciones se encuentra a la orilla del río y cuenta con lockers, comedor, duchas, dos piscinas y solarium entre otras cosas, por lo tanto es un excelente lugar donde pasar un hermoso día en la montaña.
El auge que tiene en todo el mundo se debe a su espectacularidad, a la diversión asegurada y a la posibilidad de disfrutarlo en grupo. Además, no se requiere mayor preparación que la de saber nadar, tener una forma física aceptable y, sobre todo, un sentido del humor a prueba de chapuzones inesperados, vértigos y revolcones.
Aunque se puede practicar todo el año, es en el verano cuando los ríos provinciales —Mendoza, Tunuyán, Atuel, Diamante y Grande— se tornan ideales para descender en balsas neumáticas. Es que los deshielos se producen de diciembre a marzo, aumentando los caudales de agua.
Desde los rápidos como la Quebrada del 60, el Laberinto y Come Hombres, hasta los circuitos para principiantes –que no tienen gran dificultad, aunque son igualmente divertidos–, el rafting en Mendoza, con su marco espectacular de valles y cañones cordilleranos, brinda experiencias únicas.
Los circuitos pueden durar desde un par de horas hasta uno o varios días, con campamento incluido.
En Mendoza existen, además, varios embalses muy aprovechables para windsurf, canotaje, esquí acuático, motonáutica, navegación a vela, buceo o pesca deportiva. Se encuentran tanto en el sureño San Rafael, como a corta distancia de la capital mendocina (Carrizal y Potrerillos).
La navegación de ríos, lagos, lagunas y embalses por medio de canoas y kayacs, posee muchos adeptos y puede ser practicado en aguas tranquilas (lagos, lagunas y embalses), o rápidas (ríos), donde es más utilizado el kayak.